La actividad artística como parte de nuestra formación docente es un proceso muy exigente pero al mismo tiempo constituye una oportunidad mediante la cual socializamos los logros en nuestros desempeños artísticos, que expresa en la presentación de una coreografía. En el escenario, hicimos lo imposible por demostrar sincronización, conocimiento, habilidades de baile en un contexto de compañerismo, entusiasmo y alegría con la finalidad también de hacer vivir un momento recreación cultural a los demás compañeros de los otros cursos, a autoridades y profesores que estuvieron presente en el acto. Esta iniciativa que conjuga el desarrollo de materias optativas en la formación docente complementan la tarea formar buenos profesionales en educación; es una iniciativa que debería ser permanente y que cada vez sea mejor. Dejamos constancia de nuestro agradecimiento a la profesora Sandra Orquera que nos animó, orientó y guió en esta dificíl misión.
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